La cocina asiática presenta una variedad extraordinaria de sabores y colores, derivados de técnicas especiales de cocina milenaria.
La gran responsable de la influencia culinaria en otros países del extremo oriente es China, quien históricamente ha establecido algún dominio cultural sobre el resto de los países del continente.
La cocina asiática se relaciona intrínsecamente con la alimentación del cuerpo y del alma, estando supeditada siempre a la condición del aspecto religioso, por un lado; y al cultural por el otro, donde los aspectos contrapuestos del universo: el yin y el yang, son los principales protagonistas del equilibrio armónico de sus platillos.
Por otra parte la singularidad de sus ingredientes, que en los más de los casos se consideran exóticos para los occidentales, representan una de las despensas más amplias en el orbe y quizá, la más orientada hacia la madre tierra, pues por ahí se dice que todo lo que camina, corre, vuela, nada, se arrastra o crece en la naturaleza, se puede comer, salvo las excepciones hechas por un arte refinado que ha definido como incomibles solo aquellos alimentos que por sus características patógenas son dañinos para el ser humano, pero que da cabida a un sin número de elementos que no se consumen comúnmente, en ninguna otra parte del planeta.
Así mismo sucede en las regiones meridionales de medio oriente donde la religión dicta rigurosamente la dieta de los naturales de esta comarca.
Adentrarse en la preparación y consumo de la cocina asiática requiere y merece un respeto absoluto de sus tradiciones y cultura, pues es menester conocer su historia, sus costumbres y sus ingredientes, para poder capitalizar platillos con "alma asiática" y no producto de la globalización y comercialización de elementos de esta gastronomía que han sido tropicalizados al gusto de cada región.
Te invito a conocerla.
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